El término jeroglífico se utiliza tanto para nombrar al sistema como a las figuras o los caracteres de este tipo de escritura. Como sistema, comenzó a utilizarse alrededor del año 3.300 a.C. y estuvo vigente hasta el siglo III.
En el caso de los egipcios, sus jeroglíficos llegaron a combinar ideogramas, signos consonánticos y signos determinantes. Los símbolos utilizados eran figurativos ya que representaban cosas reconocibles como animales o partes del cuerpo.
Los jeroglíficos solían ser grabados en piedra, tallados en madera o escritos con tinta sobre papiros. Sus contenidos incluían textos religiosos, comunicados oficiales o fórmulas para rituales, por ejemplo.
Algunos investigadores creen que los jeroglíficos egipcios sirvieron de influencia al alfabeto fenicio, que fue la fuente del alfabeto hebreo, griego y arameo. Estos alfabetos, a su vez, constituyen la base original del alfabeto latino y cirílico.