domingo, 15 de septiembre de 2013

Las diez constelaciones más usadas por los navegantes.

Las constelaciones siempre han servido como guía para los navegantes, en la antigüedad muchos pueblos agruparon estrellas formando constelaciones con la finalidad de guiarse mediante ellas. Éstas se unen mediante trazos imaginarios y forman una silueta que adquiere figuras singulares y reconocibles. Son 88 las oficialmente reconocidas por la Unión Astronómica Internacional.

Sus nombres proceden de los mitos, uno de los trucos mnemotécnicos más ingeniosos y antiguos de la humanidad, ya que permite recordar y reconocer las estrellas que servirían de orientación a los antiguos navegantes (tanto del hemisferio norte como del sur) y viajeros de los desiertos, así como elaborar calendarios agrícolas y religiosos. 

A continuación las diez constelaciones más usadas por los navegantes en la antigüedad.

1. Osa Mayor (Ursa Maior). Se trata de una de las constelaciones más usadas para ubicar el norte, lo constata la cita de Homero en la Odisea ocho siglos antes de Cristo, quien también la denomina el Carro como se la conoce popularmente incluso en la actualidad. Cada civilización designó esta constelación a su manera y mitología, pero curiosamente los indios norteamericanos también la identificaban con una osa seguida de sus tres cachorros (las estrellas Alioth, Mizar y Alkaid).

      
2. Osa Menor (Ursa Minor). Aunque sólo visible desde el hemisferio norte, ha sido una constelación recurrente para los navegantes ya que su estrella más conocida es la polar que al encontrarse en la prolongación del eje de la Tierra, permanece fijo en el cielo y señala el Polo Norte geográfico. No siempre la Polar ha sido la misma estrella que actualmente (Alruccaba), ya que por ejemplo hace 5.000 años era Thuban en la constelación del Dragón (Draco). De hecho, en la Edad Media eran más precisas para señalar el norte las estrellas Kochab y Pherkad, en un extremo de la Osa Menor, que la actual polar. Además la Osa Menor pude ser muy útil en navegación para conocer el momento del año sin necesidad de calendarios. 



 3. Tauro. Una de las constelaciones de las que se tiene más constancia escrita, ya que contiene las Pléyades, un cúmulo estelar de raigambre religiosa en todas las culturas del planeta. Hace 5.000 años, la primavera comenzaba en Tauro y su conocimiento se remonta al menos hasta el paleolítico como se ha querido interpretar en las pinturas rupestres de Lascaux (Francia). Entre los objetos más luminosos que contiene destacan Aldebarán, Alnath y la Nebulosa del Cangrejo.


4. Orión. Conocida también como El Cazador o La Catedral del Cielo. Se trata de una constelación visible en los dos hemisferios (se observa en el hemisferio norte en invierno, y en el sur durante el verano). Esta constelación se asocia a multitud de representaciones en las antiguas culturas, sobre todo con Sirio en la constelación del Can Mayor, una estrella sagrada para los egipcios que siempre estaba acompañada por Orión en su devenir por los cielos nocturnos. Sus estrellas más brillantes son las supergigantes Rigel y Betelgeuse (asociada con Osiris en la mitología egipcia).



5. Leo. En las civilizaciones mesopotámicas y egipcias se asociaba con el fuego y el sol, porque indicaba la llegada de las estaciones calurosas. Mitológicamente se asocia con el león de Nemea que mató Hércules en uno de sus trabajos y cuya piel se vistió. Contiene estrellas muy brillantes como Régulo, conocida como "el corazón del león" que es 240 veces más luminosa que el Sol, Agieba y Denébola.


6. Escorpio. Relacionada con el otoño y las tormentas en el hemisferio norte, las antiguas culturas la relacionaban con Orión, el cazador, al que mataba su picadura, ya que cuando Escorpión sale por el horizonte, Orión se oculta. Tiene a Antares como estrella principal, conocida como el corazón del escorpión. Orión y Escorpio están consideradas como las constelaciones más hermosas del firmamento.


7. Canis Mayor. Su importancia para la orientación estriba en que contiene la estrella Sirio, la más brillante del cielo nocturno, adorada por los egipcios ya que su salida marcaba las inundaciones del Nilo, aunque todas las culturas desde tiempos prehistóricos la han incorporado a su mitología. Para las civilizaciones del sur, señalaba el comienzo del invierno y resultaba de gran importancia como brújula estelar en la navegación para los pueblos de Polinesia.



8. Casiopea. Una de las constelaciones más fácil reconnocibles por su peculiar forma en M o W (según época y hemisferio de observación). Se trata de una constelación circumpolar que señala siempre al norte, de ahí su utilidad en navegación cuando no es visible la Osa Mayor, especialmente en latitudes templadas.



9. El Boyero (Boötes). Constelación relacionada con la primavera y el verano septentrional que contiene una de las estrellas más luminosas del cielo, Arturo, tradicional en los mitos de numerosas culturas. La cita Homero en La Odisea como de mal augurio para los navegantes, pero lo cierto es que ha sido una estrella muy adecuada para la orientación en su afán de seguir a la Osa Mayor por lo que se la denomina "la guardiana de la osa".


10. Cruz del Sur. Se trata de la Constelación más pequeña reconocida oficialmente, pero muy útil en orientación para los pueblos australes, ya que señala el polo sur. Aunque sólo es visible en el hemisferio sur, hace 2.000 años era posible observarla desde latitudes más septentrionales. Incluso se ha especulado con la idea de que las estrellas de la Cruz del Sur fueran la Estrella de Belén.

Texto sacado de un artículo de Salvador Hernáez

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