Los ríos peninsulares vierten sus aguas al mar
Cantábrico, al océano Atlántico y al mar Mediterráneo. Cada una de estas
vertientes recibe unos ríos que se diferencian por sus características físicas
y por su régimen fluvial.
Los ríos de la vertiente cantábrica
son cortos y caudalosos. Cortos por la proximidad de la cordillera Cantábrica
al mar y por tener su nacimiento a considerable altura y a escasa distancia de
su desembocadura, en su recorrido han de salvar un gran desnivel; son
caudalosos por la abundancia de precipitaciones y carecen de estiajes acusados
por la regularidad de las precipitaciones que los alimentan.
En la vertiente atlántica
desembocan los grandes ríos de la Meseta, así como el Miño, atlántico por su
lugar de desembocadura, pero que no comparte rasgos con los restantes ríos de
su vertiente, pues a todos los efectos es un río de la España húmeda Adaptados
a las condiciones del relieve y a la inclinación de la Meseta, los ríos
atlánticos son largos y de pendiente muy suave. Conforme a la distribución espacial de las precipitaciones, disminuyen
de caudal a medida que se sitúan más al
sur, siendo la cantidad de agua que trasportan
un reflejo de las condiciones climáticas de la España seca y de la
irregularidad del clima mediterráneo. Su régimen se ve enriquecido por los
grandes afluentes, en particular los que tienen su nacimiento en las montañas,
cuyas aguas vienen a atenuar los contrastes estacionales de caudal.
En la vertiente mediterránea
desaguan ríos desiguales. El Ebro es el de mayor longitud, caudal y
regularidad, pues recibe aportes hídricos de sus afluentes pirenaicos e
ibéricos. En los restantes ríos está
patente la influencia de los relieves adyacentes al mar, que limitan la
longitud de las corrientes. Se trata, en general, de ríos muy poco caudalosos,
con grandes crecidas estacionales y fortísimos estiajes. Asimismo, en esta
vertiente están presentes cursos que llevan agua sólo en ocasiones,
permaneciendo secos la mayor parte del año: son las denominadas ramblas, que
tanto significado tienen en las regiones mediterráneas, hasta el punto de que
muchas han quedado incorporadas al callejero de las ciudades con este nombre.
Saludos